miércoles, 27 de febrero de 2013

Por Belsa Escobar

RODOLFO ANGEL ESCOBAR JURADO

JUNIO 20, 1952     -      DESAPARECIDO FEBRERO 27,1990.




Q u i é n   f u e  Á n g e l?
Muy comprometido con el desarrollo de su comunidad Yananaco, distrito y provincia de Huancavelica formó parte de la junta directiva de la comunidad campesina de Yananaco, y a nivel del departamento de Huancavelica de la Federación de Comunidades Campesinas. Fue regidor en dos oportunidades en la Municipalidad Provincial de Huancavelica, por el partido Izquierda Unida. A la fecha de su desaparición desempeñaba el cargo de Secretario Administrativo del Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Huancavelica (CODEHU) colaborando directamente con la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) además de otras organizaciones defensoras de los Derechos Humanos tanto de Lima como de otros departamentos.
Debido a su participación activa como dirigente, en 1984 fue buscado por presuntos terroristas, quienes al no encontrarlo, intimidaron a su esposa e hijos. Atentando contra su oficina a los pocos días.

En 1989, la violencia política fue muy notable en Huancavelica de modo que se produjeron muchos casos de violaciones a los derechos humanos como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, allanamientos domiciliarios, atentados a lugares públicos ocasionados en su mayoría por los militares, denuncias que eran presentadas a la oficina de la CODEHU, en la que Ángel realizaba las investigaciones respectivas a pesar de la época difícil pues nadie las hacía debido a la coyuntura, pero Ángel sí, en parte por creer que en su condición de defensor de Derechos Humanos y estar en contacto con organismos de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional habría cierta protección. Apoyaba y estaba al lado de los familiares de desaparecidos (padres, madres, esposas, hermanas), con quienes realizaban las denuncias y seguimientos de los casos de desaparición de sus familiares, alentándolos a seguir en su búsqueda, por versión de ellos, se sabe que temía por su vida, que quizá sería detenido y también desaparecido y que en algún momento sus familiares andarían buscándolo así como él lo estaba haciendo.

La mañana y tarde del martes 27 de febrero de 1990, una testigo refiere que un grupo de cinco personas vestidas de civil fueron a su casa preguntando por él para entregarle una carta poder de Huancayo. En la noche aproximadamente a las 7 pm otro testigo señala haberlo visto cuando era llevado por un grupo de cinco personas vestidas de civil, como a tres cuadras de la plaza de Armas de Huancavelica (puente de San Cristóbal), él logro advertir que lo estaban llevando, pero no le permitieron acercarse porque dijeron que también a él lo llevarían.

El miércoles 28 de febrero, Ángel debía viajar a Lima llevando un informe de desaparecidos y otras acciones de violaciones a derechos humanos cometidos recientemente para APRODEH- Lima pero fue detenido el día anterior. A los pocos días Francisco Soberón (APRODEH) recibe una llamada anónima indicando que lo de Ángel era solo un aviso.

Poco tiempo después en Huancavelica, la testigo quien se entrevistó con el grupo de cinco hombres reconoce a uno de ellos parado en puerta de la Oficina del Jefe Político Militar además en otras ocasiones, andando por las calles en compañía de militares, hecho que es comunicado al fiscal, pero éste no realiza ninguna investigación afirmando que él también era amenazado.

Desde entonces inicia una vida llena de angustia para la familia de Ángel al no saber de su paradero, la incertidumbre de si existe alguna posibilidad de que pueda estar vivo, o si a los 23 años de su desaparición por los militares, llegará el día en el que sus restos serán encontrados en alguna de las fosas exhumadas y pueda dársele un entierro digno. La búsqueda de justicia y verdad parece ser un privilegio, pues es muy complicado debido a las dificultades que existen. Es indignante “tener” que vivir dejando de lado el dolor por la pérdida de este ser muy querido, presenciar en cada labor de exhumaciones albergando la esperanza que al fin encontramos sus restos y luego la desilusión de que no lo son.
MARTIRES DE LAS HUELGAS MINERAS

Los mártires caídos en la huelga de 1988 son: Francisca Quispe de Gaspar (Base Austria Duvas), Ceferino Requis, Antonio Cajachahua, Oscar Común y Victor López; quienes junto a Saúl nunca serán olvidados y permanecerán como ejemplos vivos de unidad, lucha y consecuencia por un mundo mejor.

Asimismo, en estas luchas miles fueron heridos, como Walter Mejía, Walberto López, y en sus nombres recordamos a todos ellos y otros tantos que fueron encarcelados.

En las huelgas participaron todas las bases, con cerca de 80 mil
mineros. Los centros mineros fueron militarizados y los luchadores reprimidos por la policía, el ejercito y bandas paramilitares. Entre las bases tenemos: Hierro Perú, Algamarca, Morococha, Cobriza, Duvaz, Sta. Rita, Yauli, Austria Duvaz, San Genaro, Julcani, Centraminas,
Casapalca, Pacococha, Mepsa, Cajamarquilla, San Vicente, Tintaya, Toquepala, Cuajone, Cerro Verde, Orcopampa, Madrigal, San Rafel, San Antonio, etc.

Entre los logros conseguidos en las heroicas huelgas tenemos la
promulgación de la Ley 25009 Ley de Jubilación minera que permitió que los trabajadores mineros pudieran jubilarse desde los 45 años de edad, y el establecimiento del Día del Minero.

Video de Hómenaje a Saúl Cantoral a los 20 años de su desaparición física